LA ÉPOCA DORADA DEL RUNNING EN ESTADOS UNIDOS
CAMERON STRACHER
ISBN: 978-84-942167-0-1
PRECIO: 18,17 €
Era
1978. Jimmy Carter era el presidente de los EE. UU., el precio de la gasolina estaba
por las nubes y los norteamericanos se apretaban los cinturones subyugados por
la crisis económica. Sin embargo, en las librerías, The Complete Book of
Running de Jim Fixx se vendía como rosquillas. La medalla de oro de Frank
Shorter en la maratón de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 había puesto
las carreras de larga distancia en el mapa y conquistado a un público cuyas
preferencias estaban en el béisbol y el fútbol americano. De pronto, la
práctica del jogging pasó a llamarse running y parecía que
América entera hubiera descubierto su verdadera pasión.
Ese
verano, un joven de la Universidad de Oregón, Alberto Salazar, se enfrentó en
la mítica Falmouth Road Race a Frank Shorter, el campeón olímpico, y a Bill
Rodgers, el campeón de la Maratón de Boston. Salazar sucumbió en el último
kilómetro ante Rodgers —que batió el récord de la prueba— y acabó al borde de
la extenuación. Se habían sentado las bases de una rivalidad histórica.
Para
Shorter, Rodgers y Salazar, correr era tan conflictivo y dramático como un
combate Ali-Foreman. Cada uno luchaba por superar los hitos conquistados por
los otros dos y, por ello, contribuían a que sus competidores lo dieran todo en
cada nuevo reto. En consecuencia, sus triunfos impulsaron a una nación
indolente que languidecía frente al televisor a aparcar el mando a distancia,
calzarse las zapatillas deportivas y salir a quemar el asfalto.
Reyes
del asfalto cuenta
la historia del running durante sus años de esplendor, de 1972 a 1982,
cuando Shorter, Rodgers y Salazar conquistaron el imaginario del público
norteamericano. Cuando hoy en día el running experimenta un boom parecido
a escala planetaria, Reyes del asfalto evoca aquellos tiempos en los que
tres hombres lucharon por sacar lo mejor de sí mismos para lograr lo
inalcanzable y arrastraron consigo a todo un país en su carrera hacia la
gloria.
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