miércoles, 3 de junio de 2009

NOVEDAD "ERRATA NATURAE"

El bibliómano ignorante
Luciano
ISBN: 978-84-937145-1-2
Formato: 11,5 × 18
Páginas: 96
Precio: 9,52
Luciano de Samósata es un escritor, un cómico mordaz y un pensador enmascarado. Luciano es una suerte de Woody Allen de la antigüedad y, como este último, un francotirador de la cultura que hace del humor su arma más mortífera. Luciano es un perturbador, un insolente enfrentado a la hipocresía reinante, a la farsa en la que sucumben tanto el hombre antiguo como el contemporáneo.
En los dos textos que presentamos en este volumen, la pluma ágil y ligera de Luciano arremete contra la instrumentalización y la banalización de la cultura, tan común en aquel S. II como en nuestro S.XXI. En El bibliómano ignorante Luciano dirige sus feroces e hilarantes acometidas contra un famoso personaje de la época: un hombre rico, aficionado a los jovencitos y los chaperos, que
engrosa cada día su biblioteca con nuevos libros —que nunca lee— con la esperanza de mejorar así su imagen y posición social. En el segundo de los textos, Si busca la vida buena, ¡compre uno de nuestros estilos filosóficos!, Luciano recrea una delirante subasta de filósofos en la cual Sócrates, Pitágoras,
Diógenes o Heráclito son puestos a la venta ante una masa diletante que aspira a obtener la vida buena mediante la compra de un pensador de renombre y sus enseñanzas.
Luciano nació en Samósata, Siria, hacia el año 125 d.C y murió en torno
al 181 d.C., dejando un importante legado que lo convierte en uno de los mayores genios satíricos de la literatura universal. Fue aprendiz de escultor, ejerció de abogado en Antioquía y recorrió todo el Mediterráneo durante el
reinado del emperador romano Marco Aurelio ganándose la vida como conferenciante. Tras vivir varios años en Roma y en Atenas, finalmente solicitó y obtuvo un empleo estable y bien remunerado en la administración romana de Egipto, que le permitió huir de los muchos enemigos que le procuró su afilado cálamo. En definitiva, Luciano no llevó una existencia triunfal, pero tampoco oscura: vivió apaciblemente consagrado a las letras, libre de todo prejuicio y sosteniendo con entereza sus opiniones.

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