viernes, 11 de julio de 2014

LA ANALFABETA QUE ERA UN GENIO DE LOS NÚMEROS - SALAMANDRA EDICIONES

LA ANALFABETA QUE ERA UN GENIO DE LOS NÚMEROS, la nueva novela de Jonas Jonasson, quien ya nos sorprendió con la aclamada EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ y su entrañable personaje Allan Karlsson.
Ya saben que reír es adictivo y cuando esto lo provoca un libro te dan ganas de compartirlo con todo el mundo. La analfabeta… es ese libro. El que se disfruta y te apetece compartir.
Jonasson conoce las claves del éxito y lo vuelve a conseguir. Se ha convertido en un maestro del humor absurdo y surrealista. Ya lo decía su abuelo y él lo aplica a su propia persona: “Los que solo saben contar la verdad no merecen ser escuchados”.
Al leer La analfabeta... descubrirán las andanzas de una chica negra en su periplo para esconder una bomba atómica, mientras conoce al amor de su vida, huye de agentes del Mossad, entre otras peripecias. Y todo eso siendo analfabeta pero a la vez un genio a la hora de hacer cálculos. Surrealismo extremo, pero diversión asegurada.
La historia comienza precisamente con un dato estadístico realizado por Nombeko, la protagonista, y afirma que la probabilidad de que una analfabeta de la Sudáfrica del Apartheid sobreviva y se encuentre un día en un camión de papas con el rey y el primer ministro suecos es de una entre cuarenta y cinco billones setecientos sesenta y seis millones doscientos doce mil ochocientos diez…
El humor bien entendido sirve además como crítica a esta sociedad tan globalizada como esclava del poder. Nombeko es, según el autor, lo mismo que Allan Karlsson, una herramienta en mi intento por recordarle a la gente cuán limitados somos los seres humanos.
En La analfabeta… encontrarán una gran y variada cantidad de personajes que se entremezclan pero al final se acaba deshaciendo el nudo. Durante ese camino nos habrán robado muchísimas risas y carcajadas. Y creo que con eso ya habrá valido la pena leerlo, ya hay demasiada tristeza allá afuera, ¿no?
Ojalá lo puedan leer, disfrutar y, por supuesto, compartir. 

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